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Un ex oficial de policía blanco de Dallas fue acusado formalmente de un cargo de asesinato el viernes, casi tres meses después de que disparó fatalmente a un vecino negro desarmado en cuyo apartamento, dijo que entró por error, creyendo que era su propia esposa.
Amber Guyger le dijo a sus compañeros que abrió fuego cuando Botham Jean apareció en la oscuridad.
Los familiares de Jean se unieron al fiscal de distrito para el anuncio del cargo. Jean, un nativo de 26 años de la nación caribeña de Santa Lucía, asistió a la universidad en Arkansas y había estado trabajando en Dallas para la firma de consultoría y contabilidad PwC.
"Realmente creo que ella infligió un tremendo mal a mi hijo", dijo la madre de Jean, Allison, después del anuncio. "No se lo merecía. Estaba sentado en su propio apartamento".
Guyger fue arrestado por cargos de homicidio involuntario tres días después del tiroteo del 6 de septiembre, lo que provocó críticas de que el cargo original era demasiado indulgente. Pero la fiscal de distrito del condado de Dallas, Faith Johnson, dijo en ese momento que el gran jurado podría mejorar el cargo, lo que hizo el viernes.
"Cuando miras los hechos de este caso, pensamos que todo fue un asesinato", dijo Johnson.
Después de terminar su turno, dijo Guyger a los investigadores, regresó a casa con el uniforme y estacionó en el cuarto piso del garaje de su complejo de apartamentos, en lugar del tercer piso, donde se encontraba su unidad, según una declaración jurada preparada por los Rangers de Texas.
Ella dijo que llegó a lo que creía que era su apartamento (el de Jean estaba directamente sobre el de ella) y encontró la puerta entreabierta. La abrió para encontrar una figura parada en la oscuridad. Ella dijo que sacó su arma y disparó dos veces después de que la persona ignorara sus órdenes.
Guyger, de 30 años, fue despedido del departamento y la familia de Jean presentó una demanda contra Guyger y la ciudad de Dallas. La demanda federal sostiene que Guyger utilizó una fuerza excesiva en el tiroteo y sostiene que el departamento no le dio la capacitación adecuada.
Las circunstancias del tiroteo provocaron indignación y llevaron a muchos a cuestionar la cuenta de Guyger. Los críticos, incluida la familia de Jean, también se preguntaron por qué demoraron tres días para que se acusara a Guyger, por qué no fue detenida inmediatamente después del tiroteo y si la raza influyó en su decisión de usar la fuerza letal.
Después de que se emitió la acusación, Guyger se entregó y fijó una fianza por segunda vez. Ella había estado en libertad bajo fianza desde su arresto.
Con el cargo de asesinato, ella se enfrenta a cadena perpetua si es declarada culpable. Un cargo de homicidio habría traído una sentencia de hasta 20 años.
Su abogado, Robert Rogers, dijo que no estaba sorprendido por la acusación, citando la presión política que rodeaba el caso y una ola de "emoción vengativa" dirigida a su cliente. Dijo que la madre de Jean testificó ante el gran jurado, que calificó de muy inusual.
Durante una conferencia de prensa el viernes, el abogado de la familia Jean Lee Merritt agradeció al gran jurado y dijo que el asesinato era el cargo apropiado.
"Esto es innovador, pero también es solo un comienzo", dijo Merritt. "Estamos enfocados en ver este caso a través de (a) una convicción adecuada y mediante una sentencia apropiada".
La jefa de la policía de Dallas, Renee Hall, dijo que su departamento continúa "sintiendo angustia" por el tiroteo. Ella lo describió como un "evento trágico" y le pidió a la gente que orara por la familia de Jean.
El asesinato de Jean empujó a Dallas a la conversación nacional sobre la intersección de la raza y la aplicación de la ley, un diálogo reavivado por los juicios de alto perfil de los oficiales acusados de asesinato en tiroteos policiales.
En octubre, el oficial blanco de Chicago, Jason Van Dyke, fue declarado culpable de asesinato en segundo grado en el tiroteo en el 2014 del adolescente negro Laquan McDonald. Van Dyke le disparó a McDonald 16 veces.
Y en agosto, el ex oficial blanco del área de Dallas, Roy Oliver, fue declarado culpable de asesinato por disparar contra un automóvil lleno de adolescentes negros que salían de una fiesta en su casa en 2017. Jordan Edwards, de 15 años, recibió un disparo mortal.
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